Así, para conseguir el dinero necesario con el que alcanzar sus objetivos, se preparaba y representaba una función de teatro, que escribía junto con mi compañera, y de otras actividades alternativas que decidía la empresa, con las que se pretendía, principalmente, fomentar y desarrollar todo tipo de habilidades de emprendimiento, como merchandising, publicidad para las empresas u otras locas ideas que iban surgiendo y ellos mismos se encargaban de comprobar su viabilidad, poniéndolas en práctica y evaluándolas. La guinda al pastel la ponía el desarrollo de habilidades que mejoraran su inteligencia emocional, ya que la función de teatro se escribía versionando cuentos o películas clásicas, con la intención de que fuera divertida y que tuviera un mensaje sobre el que debían reflexionar y aprender ellos mismos y el público. El hecho de que la función de teatro fuera así, nos daba pie a poder trabajar a lo largo de todo el curso, en multitud de ocasiones, habilidades de este tipo. Además de todo ello, se desarrollaban y mejoraban todas las competencias, especialmente la autonomía, la social y la lingüística.

Este proyecto lo desarrollé junto con mi compañera Ana Fernández, maestra especialista de música, y en el último curso se involucraron todos los maestros/as del grupo de sexto de forma interdisciplinar, algo que, creo, resultó muy enriquecedor al poder trabajar muchas tareas desde las áreas y a partir de algunos de sus contenidos, aspecto siempre más motivante y significativo para el alumnado.