
Niños y niñas, señoras y señores,
el curso va a comenzar.
¡Ay qué nervios, qué emociones!
¿Qué curso me va a tocar?
Si continúas con el mismo
más tranquilo debes estar,
aunque no por mucho tiempo
que a la LOMLOE te tienes que adaptar.
Si es segundo, cuarto o sexto
un poquito te puedes relajar
porque a los de primero, tercero y quinto
antes les tocará «pringar».
Como no te queda otra
con esfuerzo te tendrás que adaptar,
pero no te enfades mucho
si en breve la vuelven a cambiar.
¡Elaborar otras programaciones!
¡Qué orgullo y satisfacción!
Qué pena no dedicar ese esfuerzo
a mejorar, realmente, la educación.
Poco importa lo que opines.
Ley de unos, ley de otros.
¿Para cuándo narices
una ley de todos?
No levantes la mano
que tu director/a no se ha equivocado.
Puede que suene raro:
¡el plan de contingencia ha volado!
Inmediatamente, me alegró pensar:
«este invierno no habrá que ventilar».
Dos minutos de noticias bastaron para recordar:
«el abrigo en clase no nos podremos quitar».
Noticias que me he prometido
no volver a escuchar.
Vivamos lo mejor que podamos
y que llegue lo que tenga que llegar.
Porque crisis, conflictos y otras movidas
dicen que están por llegar,
pero una vez más, juntos,
el curso volveremos a superar.
Compañero/a, aunque no soy de adivinar
llegarán momentos de tensión,
pero que no te hagan olvidar
lo verdaderamente «bonito» de esta profesión.
Familias, alumnos/as y compañeros/as,
una última cosa me gustaría recordar:
La mejor receta para mejorar:
esfuerzo, confianza y, sobre todo, colaborar.
Con mucho cariño para alumnos/as, familias, personal no docente y, en especial, para mis compañeros/as maestros/as. ¡Mucha suerte y que tengáis un feliz curso!
