Hoy, día 2 de mayo, es el día internacional contra el acoso escolar. Encuestas y estudios recientes ponen de manifiesto la preocupación y sensibilidad que la sociedad muestra, en general, ante este problema, al tiempo que reclaman soluciones urgentes para que nadie sufra este tipo de situaciones bajo ningún concepto, pero la realidad es que a pesar de los esfuerzos, más allá de conseguir aumentar esa preocupación, sensibilidad y vulnerabilidad, no se han logrado grandes mejoras al respecto.
Urge un verdadero cambio de mentalidad y de visión más activa ante el problema que nos ayude a alejarnos del papel de víctima, entendiendo que, sea cual sea el rol que nos toque vivir, la prevención comienza por el trabajo sobre uno mismo, en la medida en que seamos capaces de reflexionar sobre nuestras propias creencias, valores, modo de pensar, de sentir y de actuar con los demás y cómo estas repercuten directamente en la calidad y salud de las relaciones que vamos construyendo a lo largo de toda nuestra vida.
Por ello siento que hoy es un buen día para compartir esta canción. No creo que sea una canción que bailes el próximo fin de semana, ni que te haga vivir un experiencia íntima o romántica con alguien, pero en un momento en el que lo que menos parece importar de una canción es lo que se dice en ella, esta cobra especialmente valor como herramienta de reflexión y aprendizaje que podríamos utilizar perfectamente en nuestros aulas y hogares.
La canción habla sobre cómo el modo en el que entiendes el amor y la manera de querer a alguien puede ser saludable o, por el contrario, tóxica. La mejor prevención ante cualquier tipo de maltrato o acoso empieza por aprender, desde bien pequeñitos, a querer de forma saludable y libre, a identificar aquellas conductas tóxicas y a saber apartarlas asertivamente de nuestras vidas.
Los verdaderos cambios empiezan por uno mismo y por replantearnos la forma en que tradicionalmente nos enseñaron, con la mejor intención, a querer y relacionarnos con los demás.
Por eso, como bien dicen Macaco y Leiva,… «quiereME bien y quiereTE bien».
Merece la pena escucharla. ¡¡Feliz día!
Muchas gracias por leer y compartir.
